SUCINTO - Decálogo
SUCINTO
El decálogo para la escritura de cuentos.
- Amarás tu soledad.
Escribirás solo, siempre solo, sin visitas. Desconectarás todos los electrónicos. Te quedarás con tus pensamientos, tus personajes y tú. Con eso ya es bastante compañía.
2. No harás ejercicio en vano.
El ejercicio de la escritura es como ir al gimnasio; se requiera fuerza de voluntad y disciplina para no echar por la borda el trabajo de los primeros días, cuando el cuerpo descubre músculos que no sabía que existían. Establece un horario y escribe y escribe.
- Santificarás las pocas palabras.
El cuento debe ser breve, sin tantas vueltas, pero lo suficientemente elaborado para llevar al lector a otro lugar.
- Honrarás a tus maestros.
Eso sí, escógelos bien. No hables de ellos. Al respecto, aprende de Ernest Hemingway.
5. No se te ocurra empezar sin un destino.
Eso de “las musas aparecen y de repente la inspiración llega”, no sé. Hay que tener claro el punto de partida y el de llegada, lo demás se resolverá en el camino mientras tengas las migas de pan, como en el cuento de los Hermanos Grimm.
- No cometerás el acto de sabotear tu cuento.
Borges dijo y estoy de acuerdo “(…) yo creo que es mejor que el escritor intervenga lo menos posible en su obra…”. Cuando el escritor interviene mucho en su obra, termina por hacer cuatro trabajos simultáneos: escribir, editar, borrar y reescribir. Deje la obra tranquila hasta que haya descansado.
- No te robarás el efecto sorpresa.
Tu cuento debe ser inolvidable, no te robes el efecto sorpresa. El lector debe recibir un impacto inesperado, impredecible.
- No te dirás mentiras.
No toda historia es un cuento ni todo cuento es una historia.
- No consentirás pensamientos que no reten a tus lectores.
No hay que decirle todo al lector, ellos también son parte del cuento y deben ser capaces de llenar los espacios en blanco con lo que quieran, con lo que se imaginen o con lo que les cueste pensar.
- No codiciarás escribir cuentos como Cortázar, Poe, Borges, Joyce o Hemingway, entre otros.
El propósito de la poética del cuento, de tu cuento y de tu voz literaria no es para que escribas como _______ (completa el espacio), el propósito es para que escribas como tú, en tu mejor versión. Todas esas grandes cuentistas, novelistas, poetas, etc., pueden ser maestros, influenciadores, guías, pero nada más. Escribe tu cuento desde tu visión, desde tu óptica, desde tu vida.