Luz de mediodía

En 2015, tuve el placer de hacer un proyecto literario con mi amigo y fotógrafo Pablo Salgado Barrientos (www.pablosalgado.com). Acababa de terminar mi primer poemario, Al desnudo y estaba llena de ideas e ilusiones. Sabía que proponerle a Pablo hacer la fotografía de la portada del libro y de algunos poemas era una osadía, pues él, tenía que apostarle al proyecto. Y le apostó.  Creyó en Al desnudo y en las ideas que le planteaba.

La experiencia en la hacienda Pueblo Viejo, Subachoque, Colombia, fue maravillosa, no solo por quienes terminamos siendo cómplices durante tres horas de camino desde Bogotá, hacia las 24 horas de trabajo más intensas y profundas: Pablo, la actriz y modelo Laura Galvis, y la maquilladora María Cristina Navas; sino porque cada hora fue trayendo respuestas y reveló lo mejor de cada uno de nosotros.

Las sesiones de fotos no respetaron la temperatura a la madrugada o la neblina del anochecer, todo estaba dispuesto para que Al desnudo contara una historia.

¿Por qué les cuento esto?, porque desde ese momento mi afecto por la fotografía creció, no solo porque me gustaba desde siempre sino porque me decía a mí misma que en algún momento tenía que explorarla. Pasaron nueve años para que finalmente tomara la decisión. Y aquí estoy, de alumna, escuchando a Pablo con atención.

Ayer la sesión fue sobre la luz y para eso me había dejado un ejercicio: buscar un objeto y tomarle una foto a diferentes horas del día, con el propósito de observar el comportamiento de la luz natural en el objeto. Algo tan, aparentemente, simple, se tornó en algo fascinante.

La nieve cubría el piso y ahí estaba el ángel de resina en el jardín. Lo moví a un lugar donde la nieve estuviera intacta y allí se quedó durante todo el día, esperando a que saliera a las nueve de la mañana, a las doce del día, a las tres de la tarde y a las cinco y media de la tarde, hora en que se fue el último rayo del sol.

La luz da la temperatura de la fotografía. Donde la luz toca el objeto, me dice a qué hora del día fue tomada. La luz me cuenta una historia y su ausencia también. La sombra revela mi lado oscuro. La luz es el conector de la presencia y su opuesto. La luz en el ángel es el reflejo de este invierno.